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12 de agosto de 2014

"Intento bajar el tono de mi voz, algo que logro con mucha dificultad", comenta Cecilia Silva, quien es una persona sorda

La historia de una persona no oyente que aprendió a oír la voz de la gente. 
Reportaje a la Doctora Cecilia Silva Flores, quien además posee una  Maestría de Rehabilitación en Salud. Es especialista en Problemas de Aprendizaje por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Licenciada en Educación Primaria, con especialidad en Problemas de Aprendizaje y Psicología, por la Universidad César Vallejocon Registro de Colegio Profesional N° 3103.

Ana  Cecilia  Tereza  Silva  Flores es una mujer chinchana con  discapacidad auditiva  desde los siete años de edad tras afrontar una sordera  neurosensorial de tipo bilateral profunda, que afectó su sentido del oído. 

Ella tiene dos hermanas que si escuchan música, así como el ruido y demás sonidos, que los demás oyentes, al igual que el autor de esta nota tiene el privilegio de gozar.

Cecilia, conocida por su familia y amigos como 'Cecy', es una geminiana, nacida el 7 de junio, luchadora y tenaz, cuyo primer recuerdo de su infancia es el haber recibido diplomas,  por buen rendimiento en  el  colegio de madres  dominicas  a pesar de no escuchar.

Aunque ella asegura que no tuvo ninguna dificultad en su entorno social ni con sus amigos al no poder escuchar, internamente sabe que  fue difícil esa etapa, donde tenía que esforzarse mucho más que cualquier otra niña, a pesar de que su entorno de nivel socioeconómico medio alto le permitía atenuar las dificultades de no poder oír, razón por la que ella hablaba con voz muy alta, ya que no podía graduar el nivel de inflexión de la voz, y hecho que fue reconociendo a medida que veía los rostros y labios de sus interlocutores.  "Intento  bajar  el tono de mi voz, algo que logro con mucha  dificultad", nos detalla Cecilia.


Adaptarse día a día

Al conocer el diagnóstico de la sordera que afrontaba  Cecilia, su madre  visitó a especialistas en audiología y otorrinolaringólogos, cuyas recomendaciones y  sesiones con más de 10 juntas médicas fueron atendidas escrupulosamente a fin de darle una vida inclusiva y con las características casi similares a las de una persona sin ninguna discapacidad.

La meta de  Cecilia fue adaptarse al reto que significaba vivir, sobresalir, estudiar en el Centro Educativo Particular "Reyna del Santísimo Rosario,  regentado por madres Dominicas de La Inmaculada, que la atendieron  como una  alumna sin dificultad, ya que ellas y las profesoras atendieron las indicaciones dadas  a fin de que pudiera entender las clases y no convertirse en una molestia para el aula.

Le pregunto ¿Qué recuerdos tienes de esta etapa de tu vida? Y ella responde:

"Mucha  capacidad  de sacrificio ante los hábitos de estudio. No ver  TV  los  días  de semana y tener horario para los  amigos. Fue algo que   influyó en tener una vida ordenada", expresó  Cecilia.

Ella asegura no haber notado acciones u actos de marginación o conductas crueles por parte de sus compañeros, por el contrario afirma que había disciplina porque antes de pasar a las aulas era obligatorio rezar el rosario  ante  la  gruta, hecho que les dejaba sin fuerzas para  tener  algún problema de  orden  o  comportamiento.

Durante su secundaria, el proceso de aprendizaje fue el similar de toda persona  oyente a pesar de tener diferentes profesores, que no sabían nada de lengua de señas y con poca articulación, por lo que la necesidad y el interés por lograr comunicarse plenamente la llevaron a desarrollar la atención, comprensión, memoria, inteligencias múltiples y con su talento aprendió a "leer los movimientos de los labios de sus maestras", fue perfeccionándose  hasta el nivel de poder comunicarse e interactuar hoy en día como si fuera otra persona sin ningún tipo de discapacidad auditiva. Pero eso sí, no puede perder de vista los labios de su interlocutor y la forma en que vocaliza las palabras.

Estudio y universidad

Esta etapa de su vida fue todo un reto personal para  Cecilia. Aunque tenía una madre profesional y con instrucción superior, era completamente analfabeta en materia de cultura sorda.

Ella vivía  siempre  estudiando,  con pocas amistades. Su padre era odontólogo asimilado a  la Sanidad de las Fuerzas Policiales, y que contribuyó   para hacer que ella pueda adaptarse al nuevo entorno que le tocó enfrentar a lo largo de su vida, por ser como dice ella: ¡Una  persona  original  en medio  del pantano¡, por lo que muy pocas personas supieron que era sorda total, y no existió momento alguno que la consideraran como  tal, por lo que su proceso de aprendizaje en las universidades peruanas incluyó la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Universidad Nacional Federico Villarreal, Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Privada César Vallejo.

Ingresó a la Universidad en el año 1982 después de tres intentos, pero como dicen: ¡A la tercera va la vencida! Lo logró. Fue la única no oyente de su promoción, por lo que para seguir el ritmo y no perderse detalles de las clases, ella pedía a sus compañeros los apuntes, anotaba títulos e iba a las bibliotecas permanentemente porque consideraba que no era su obligación atenderla y prestarle mayor atención que le daba a sus compañeros de clases, que tenían sus propios problemas, metas y objetivos específicos.

A pesar del poco tiempo que había, ella se las ingenió para ocupar el cargo de Secretaria de Cultura del grupo " Wilhelm Wund" apoyando a  Ali Arellano y  José Cáceres en la UniversidadInca Garcilaso de la Vega. Además de ocupar el cargo de Vicepresidenta de la Asociación de Sordos del Perú en varias oportunidades, hasta que decidió dejarlo y dar paso a las nuevas generaciones y dedicarse a su trabajo como Psicóloga en  un Centro Especial, hacer su maestría y luego el Doctorado.

Un lema

¡Mundo de oyentes y mundo sordo unidos, un ejemplo de  bicultura a seguir! propone  Cecilia, quien con lo que nos ha contado en estas líneas ha demostrado que no tiene tiempo para sentir miedo o frustración sino para luchar y seguir adelante y lograr sus objetivos. "Ocupo mi mente en solo llegar a la meta", expresa Cecilia, quien afirma "no me siento satisfecha con esto (lo que he logrado) porque sé que  puedo dar más. Me encantaría un cargo público cuando no político. Ojalá  que " las autoridades del país pongan de su parte".  

Además agrega que "el ser soltera, sin hijos, y estar siempre rodeada de personas sordas hacen que se dedique a estudiar".

Consejos

Para la gente que tiene todos sus sentidos y aquellos que no los tienen, ella les aconseja "solo  un párrafo de poesía". Y nos regala la siguiente:

"Contempla la vida,  aprende a  vencer y a no caer cuando tengas que saltar
Ser... y no esperes que todo te lo den hecho, la meta te espera para triunfar
en la vida solo hay 3 cosas: estudiar, estudiar y estudiar

Acotó, que "si, en medio de las dificultades que todos y todas pasamos....  un pensamiento me guía: "por larga que sea la noche... el día siempre llega"

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